viernes, 11 de septiembre de 2015

Un poco de tacto

Una palabra dicha a destiempo, fuera de lugar o dirigida a una persona que no debiera oírla se considera una falta de tacto.
El diccionario define tacto como «habilidad para hablar u obrar con acierto en asuntos delicados o para tratar con personas susceptibles sin ofenderlas; delicadeza; diplomacia».
Delicadeza es «atención, ternura y suavidad en el trato con las personas».
Así pues, hablar con tacto y decir lo que conviene en el momento oportuno no es más que ser sensible a los sentimientos ajenos y dar un toque personal a nuestras comunicaciones con los demás, es decir, reconocer lo que puede resultarles ofensivo y evitarlo.
Una palabra irresponsable: Puede encender discordias.
Una palabra cruel: Puede arruinar una vida.
Una palabra de resentimiento: Puede causar odio.
Una palabra brutal: Puede herir o matar.
Una palabra amable: Puede suavizar las cosas.
Una palabra alegre: Puede iluminar el día.
Una palabra oportuna: Puede aliviar la carga.
Una palabra de amor: Puede curar y dar felicidad.
¿Cómo se aprende a tener más tacto?. Antes que nada, orando.
Ruega a Dios que te ayude a tener más presentes los sentimientos de los demás y cultiva el hábito de orar antes de hablar.

CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
  • ¿Cómo son tus "palabras"?. ¿De qué depende para que sean constructivas o bien sean destructivas?.
  • ¿Te consideras una persona "con tacto"?. Si así lo crees ¿en qué notas que lo eres?; si a veces no lo eres ¿qué efectos observas a tu alrededor?.
  • ¿Cómo se puede lograr tener "más tacto" al hablar sin dejar de ser sinceros, honestos con uno mismo y con los demás?.
  • ¿Qué puedes hacer hoy para rectificar en expresiones que te parecen de falta de tacto?, ¿y para potenciar esa comunicación con "tacto"?.

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