sábado, 24 de marzo de 2012

La virtud del corazón


La mayor fuerza de la humanidad no consiste en armas de fuego, puños, ni en un poderío militar, sino en la capacidad de tolerancia. Todo tipo de fuerza debe inclinarse delante de quien tolera.
Principios para la tolerancia:
No responder a las blasfemias.
Cuando somos insultados, provocados o acusados injustamente debemos responder con el silencio. Si respondemos de la misma forma cuando somos víctimas de la blasfemia, nos igualamos con aquéllos que nos insultan, rebajando nuestro nivel. Si nos mantenemos en silencio usándolo como respuesta ante las blasfemias, evocando la conciencia de quien las pronunció, esta fuerza es, naturalmente, mayor.
Mantenerse calmo frente a los infortunios.
Cuando nos encontramos con personas que nos quieren incomodar derrumbar u oprimir, debemos enfrentarlas con calma, evitando cualquier confrontación. No responder con un puñetazo cuando se recibe uno, ni responder con un puntapié cuando se recibe otro, pues de esta confrontación nadie sale vencedor. Si la intención es buscar venganza de un odio momentáneo, no alcanzará el éxito de grandes hazañas.
Gratitud frente a las difamaciones.
Si alguien lo insulta y difama, no se enoje con quien lo provocó, sino acuérdese de los beneficios que esa persona le proporcionó en el pasado y sea agradecido por eso. Principalmente, no se olvide de que en el fango más inmundo crece la impecable flor de loto. Cuanto más oscuro es el lugar, mayor es la necesidad de mantener encendida la luz del alma. Por lo tanto, ante las difamaciones, aquéllos que nos difaman deben ser influenciados con ética, compasión y misericordia; solamente nos iluminamos con moralidad y tolerancia.
El verdadero vencedor tiene la fuerza de la tolerancia y el coraje de asumirla frente a los insultos y opresiones.

CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:

  • Ante la violencia que podamos observar en nuestro derredor la respuesta fácil es "dejarse llevar por ella y actuar con los demás de igual modo" pero... ¿es ésa la mejor respuesta?. ¿Por qué?.
  • ¿Eres tolerante contigo misma?, ¿eres capaz de ser comprensiva con tus errores igual que lo eres con tus aciertos? -ser tolerantes con nuestros errores no significa que los ignoremos y persistamos en ellos sino que de ellos podemos aprender para andar mejor en el presente y en el futuro-. ¿Para qué ser tolerante contigo misma?.
  • ¿Qué dificultades hallas para practicar la tolerancia con quienes conviven contigo?, ¿cómo podrías superarlas?.
  • ¿Qué vas a hacer hoy mismo para crecer en tolerancia contigo misma y con los demás?.

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